El camino parecía no tener final, ni siquiera parecía haber un lugar al que ir, simplemente era un trazado más de muchos a elegir, no había necesidad de mirar atrás, ni de preocuparse más de lo necesario por lo que había más allá.
Era simplemente un camino más que recorrer, pero era el que había elegido. No importaba demasiado si encontraría ciénagas, matas llenas de enredaderas o si el bosque estaría lleno de peligros, no sería la primera vez que salvaba aquellos escollos. Acarició el mango de su espada con cariño y de forma natural sin apartar la mirada del horizonte.
A lo lejos, le pareció escuchar algo de música y sintió la suficiente curiosidad como para dirigirse hacia aquel lugar, sin embargo, conforme se acercaba, aquellos sonidos iban apagándose, hasta que se hizo el silencio cuando llegó…
“Una lástima”, pensó, hacía tiempo que no se entretenía escuchando una buena melodía y le apetecía mezclarse un poco con algo que le pudiera hacer sentir algo más que no fuera el propio instinto de supervivencia, puede que aquella música le devolviera algún recuerdo de su humanidad y de porque merecía la pena seguir manteniéndola. Pero parecía que aquel camino no sería el que le devolviera la esperanza.
Sin embargo, nunca se sabe que hay tras algo nuevo y desconocido y este camino, no sería una excepción, entre las sombras, pudo distinguir una pequeña lumbre y varias siluetas junto a ella que no tardaron en reparar en ella.
“Llego tarde..o quizá no tanto cómo pensaba” se dijo a si misma; puede que lo mismo pensaran las figuras sentadas frente a aquel fuego fatuo, que parecían invitarla a unirse…